4 ATERRADORAS HISTORIAS DE TRAILEROS
Muy buenos días tardes o noches espero se encuentren muy bien del otro lado de la pantalla.
Existen acontecimientos paranormales y bastante sólidos en casi todos los lugares. Ya sean panteones, escuelas y experiencias de personas que trabajan como guardias entre muchas más.
Pero en esta ocasión tocaremos el tema de las carreteras y las experiencias vividas por tráileros que ustedes el público son tan amables de compartir.
Sin más por el momento apaga la pequeña luz de tu habitación comenzamos.
1. El muchacho de la carretera historia basada en hechos reales por un tráilero
Buenas noches mi nombre es Aníbal Orozco tengo 41 años soy trailero. La vivencia que les compartiré me pasó hace ya cinco años cuando viajaba desde Tamaulipas hasta Monterrey.
Me atreví a compartir esto a modo de expresar cuánto hay de cierto en todas las historias que se cuentan y créanme que desde esa noche soy más atento a lo que muchos colegas aseguran haber visto entre las penumbras de los caminos asfaltados.
Iba escuchando música pasión que me sirve de gran utilidad para opacar la soledad con la que uno a veces se encuentra, eran esas noches de calor insoportable que dan lugar a un viaje con ventana abierta, es por eso que el frío repentino que interrumpió dentro del trailer me descolocó.
Irremediablemente sabía que cuando esto sucede es porque algo malo está cerca, siempre hablando espiritualmente entre la novedad y la confusión.
La silueta de una persona comenzó a formarse a un costado de la carretera unos metros más adelante, por la enorme mochila sobre su espalda el cabello desgreñado y su vestimenta sencilla comprendí que se trataba de un muchacho.
No solía a levantar personas en la carretera no sólo por seguridad sino también porque no soy de mucha comunicación con la gente desconocida.
Pero dada la situación extraña que estaba viviendo me pareció oportuno hacerlo pensando que con alguien a mi lado el mal se alejaría, cuando pase a un lado lo miré y le saludé con la mano, nada me indicó que fuera peligroso, por lo que lentamente disminuí la velocidad para estacionarme unos metros adelante, por el retrovisor lo vi corriendo hacia el tráiler con una sonrisa, le abrí la puerta una vez arriba me agradeció el gesto y empezamos a platicar, dijo llamarse Omar.
Se dirigía a monterrey y le gustaba viajar de mochilazo.
Cuando le conté que yo viajaba hasta allí y que faltaba muy poco para llegar se alegró más todavía, diría que me sentía bien al saber que le estaba ayudando a alguien, pero por los detalles que se iban dando a medida que avanzábamos comenzaba a arrepentirme de haberlo levantado.
El muchacho evitaba verme a la cara solo mantenía la mirada al frente y en esa posición me hablaba con tono de voz que curiosamente comenzaba a cambiar, el clásico tono de voz que alguien tiene cuando muestra desinterés en una plática, de un momento u otro dejó de hablarme pero así de la nada yo le hacía preguntas y éste no contestaba, sumado a eso el frío que anteriormente había experimentado creció de tal magnitud que empecé a temblar por no poder soportarlo, en cambio él no parecía percibirlo pues su cuerpo continuaba tieso sin expresión alguna.
Maniobra para detenerme porque aparte del frío ahora un inmenso terror me invadió por completo al sentir una presencia en mis espaldas, ahí es cuando él habló para decirme que no me detuviera que mantuviera mi mirada al frente y no volteara si no quería morir, que al llegar a Monterrey él se bajaría y yo podría seguir viviendo.
No sé cómo expresarme para que entiendan.
Lo que viví los siguientes momentos, aquel que pensé que me favorecería terminó hundiendome en el más hondo de los miedos, hoy lo veo con ironía, pero estar dentro del trailer con alguien así verdaderamente es algo que no quiero volver a pasar, el corazón parecía salir de mi pecho mismo, que se normalizó al acercarme ya la zona urbana y escuchar a aquel extraño pidiéndome que me estacionará a un costado que el hasta ahí llegaba.
En cuanto a mi vehículo se detuvo el joven abrió la puerta y sin mirarme me agradeció el haberlos llevado, yo permanecía petrificado con mis manos en el volante mientras de reojo lo veía bajar, pero allí pasó lo más espantoso de mi relató, el muchacho descendió pero dejó la puerta abierta como esperando que algo más sucediera y desde el lado trasero de mi asiento apareció alguien más que también bajó junto con él.
Era una mujer o mejor dicho el cadáver de ésta, porque me miró al pasar por mi lado donde vi el rostro completamente podrido y cubierto con una amarillenta pus, nunca levanté a nadie en la carretera algunos no son lo que parecen y otros nunca vienen solos.
2. El trailero y el difunto historia basada en hechos reales.
Muy buenas noches mi nombre es Jorge Daniel morales soy de Toluca México, llevo trabajando como trailero más de 20 años, hago viajes hasta diversos estados, esto que les voy a contar me pasó cuando viajé para entregar una carga hasta Chilpancingo Guerrero.
Era una noche de invierno de esas frías y oscuras, que para los que viajamos por las carreteras nos resulta un tanto complicado, en especial cuando una inminente tormenta amenaza con empeorar el viaje aún más.
Llevaba una hora más o menos manejando, cuando unas irresistibles ganas de ir al baño me quitaron la comodidad del viaje.
Disminuí la velocidad para estacionarme a un costado aprovechando que no se veía a nadie cerca, lo digo porque también nosotros somos blanco fácil para los delincuentes que ven oportuna cualquier situación para asaltar en las carreteras.
Apenas bajé camine hasta unas malezas altas y en medio de la oscuridad me puse a orinar sobre lo que parecía ser una piedra, estaba desocupándome, cuando la inconfundible sensación de que alguien estaba por ahí cerca me estremeció, mire para todos lados pero no había nadie.
Pese a eso no pude evitar sentir miedo, me subí al tráiler, pero en el momento en el que daba arranque a la máquina alcancé a ver de reojo la presencia de alguien al otro lado de la puerta, no me equivoque a través de la ventanilla vi a un hombre parado en medio de las malezas.
Las penumbras solo me permitieron reconocer su figura, tenía un sombrero y su rostro era horrible.
Alertado por el miedo de que se podría tratar de un integrante de la delincuencia, salí del lugar manejando a toda velocidad, minutos después me comunique por la radio con mis compañeros traileros, advirtiéndoles que había un hombre de características sospechosas merodeando la carretera.
Algunos bromearon, en tanto otros me agradecían el gesto, pues entre todos teníamos ese trato de confianza, sin embargo hubo uno quien con tono serio me recomendó que no me detuviera por nada en el mundo y que manejara hasta llegar al destino, porque podría tratarse del alma en pena de alguien que perdió la vida allí y eso provocó las risas de todos, quienes por la radio me alentaban a frenar a dicho espectro, algo a lo que yo me uní también con mis burlas.
Ya me había quitado de la cabeza al encuentro de aquel hombre cuando el celular me indicó que ya recuperaba señal.
Al empezar a recibir uno tras otro de los mensajes de mi esposa era algo común en ella si no le respondía los mensajes diciendo que estaba todo bien seguirían llegando, nunca me gustó usar el teléfono mientras manejo así que me estacioné por un momento para escribirle, estaba en eso cuando otra vez la sensación regresó poco a poco, giré la cabeza y encontré al mismo hombre que vi kilómetros atrás al otro lado de la puerta no más que ahora unas luces iluminaban esa parte del perímetro por lo que logré contemplarlo perfectamente.
Era un joven cuya figura presentaba un aspecto cadavérico, su cuerpo se inclinaba levemente a su costado izquierdo, debido a que la pierna de ese lado estaba partida a la altura del muslo, los huesos de ésta asomaban su blancura a través de sus pantalones rasgados, me miraba con un solo ojo porque el otro pendía desde un fino hilo de nervios saliendo de su cuenca, eso era lo que le colgaba en su cara perdí noción de toda realidad ante tan horrenda escena quedándome atónito, pero me obligó a reaccionar cuando lo vi moverse y empezar a caminar hacia mí con ese movimiento espeluznante.
Arrojé el teléfono a un costado y manejé sin detenerme tal cual me lo habían aconsejado, comprendiendo recién que quien me lo había advertido sabía de lo que estaba hablando.
Llegué a la ciudad y me quedé hasta que pude recuperar la lucidez para así poder regresar.
Días después me comuniqué con el trailero que me había avisado para contarle lo sucedido, por más que le insistí que me dijera lo que sabía al respecto, él se limitó a invitarme a que la próxima vez que pasara por el lugar donde me bajé a orinar revisara la zona, pero que nunca lo hiciera de noche.
La oportunidad se presentó después de un mes cuando siendo pleno mediodía pasé por el lugar y me detuve, caminé por los alrededores hasta que reconocí el lugar exacto donde orine, no era una piedra lo que había entre las malezas era una lápida de una tumba, el alma del difunto que descanse en ese lugar se molestó por mi insolencia y quiso hacérmelo saber.
3. Viaje y maldito basado en una anécdota real
Me llamo Armando contreras, soy de un estado llamado Querétaro en México, tengo 27 años y llevo 2 siendo empleado de una empresa constructora en la ciudad, los eventos paranormales que componen esta historia ocurrieron una noche de abril del año pasado, oportunidad en la que mi jefe me llamó durante la noche para pedirme un favor, al que acepté, el favor consistía en transportar una caja hasta un estado cercano para entregársela a unos familiares de Zelaya.
El debía hacer un viaje esa madrugada, pero como me tenía la suficiente confianza me la entregó, eran pasada la medianoche cuando ya me encontraba manejando en la carretera y comenzaron a suceder las cosas.
Escucho unos pequeños toques sobre la chapa del auto, como si alguien la golpeara con el único afán de llamarme la atención, volteé para todos lados sin encontrar justificación, hasta que los sonidos comenzaron a acrecentarse lo suficiente como para comprender qué estaba sucediendo en el interior del vehículo y no por fuera como lo pensé en un principio.
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Me dije a mí mismo que era producto de mi imaginación culpando al sueño, por suerte los sonidos acabaron, pero posteriormente escuché un fuerte impacto sobre la puerta de la cajuela que retumbó en todo el interior, por el susto frene bruscamente, gracias a dios no venía ningún carro detrás de mí o si no esa imprudente maniobra podría haber resultado fatal.
La caja de crayones que mi hijo había dejado en la tarde anterior en la guantera cayeron desparramándose sobre todo el asiento del acompañante, mantuve esa perplejidad mientras un frío empezaba.
Sentí en la espalda un sombrío presentimiento me decía que algo no estaba bien.
Al recordar la caja que traía detrás me bajé apresurado temiendo que le hubiese pasado algo esta estaba intacta.
Aún así la saqué de la cajuela y la acomodé en el asiento trasero para mayor seguridad acto seguido me subí nuevamente al auto donde lo que encontré me horrorizó desmesuradamente.
Desde el lado de adentro del parabrisas estaba torpemente escrita las palabras «buenas noches» con uno de los crayones de mi hijo.
Pasé varios minutos sin poder moverme tratando de digerir lo que estaba pasando. Me faltaba bastante para llegar al destino.
Se me venía a la mente las palabras de mi jefe pidiéndome que no le fallara, luego de eso continúe el viaje.
Iba rezando en voz alta rogando llegar al destino, planee pasar la noche en algún hotel pensando que con el descanso todo eso extraño que estaba pasando acabaría, sin embargo todo empeoró.
Las suaves e inconfundible risas de un niño resonaban en el interior del carro, la manija de la puerta del acompañante comenzó a moverse como si alguien jugara con ella y para completar el terror un funesto aroma a tabaco impregnó el ambiente.
Mientras el supuesto niño se reía más fuerte totalmente invadido de pánico y con el corazón latiendo desesperado grite maldiciendo que me dejaran en paz la manija, de pronto se quedó quieta las risas callaron, un llanto infantil sonó e inmediatamente sentí el esplendor de una bofetada sobre mi cara.
Finalmente llegue al destino, aturdido, turbado de tiritando del miedo, la familia me estaba esperando en la entrada de la ciudad.
Mi jefe les había descrito en mi carro por lo que así me reconocieron, me agradecieron, obsequiando me una generosa propina.
Curiosamente no hablaron mucho por más que mi semblante estaba visiblemente trastornado, ni siquiera me preguntaron si me había ocurrido algo, les ayude a bajar la caja y se las entregué, acto seguido se subieron a sus respectivos carros y se alejaron de mi vista.
Yo me regresé directamente hacia mi casa sin importarme qué pasará otra vez mismo en la carretera, algo que por suerte ya no sucedió.
Esa noche me llamó mi jefe preguntando si había salido todo bien, nunca tuve las intenciones de contarle lo ocurrido, pero fue en esa misma plática que comprendí todo lo que yo había transportado era una caja de unas urnas contenidas con cenizas de dos personas, un abuelo y un nieto.
Como les acabo de decir nunca le conté esto a mi jefe por lo que no sé quiénes eran esas personas pero lo que sí es seguro que el alma del niño jugó conmigo y el iracundo abuelo me abofeteó cuando lo insulte.
4.- Cosas que sólo pasan en las carreteras de México: extraños acontecimientos en la carretera basado en una experiencia real quieta al inframundo
Me gustaría compartir mi historia, me llamo Ignacio Reyes soy te Durango México, el relato que deseo contarles me sucedió cuando regresaba de Saltillo Coahuila, debo mencionar a mi hermano Aarón pues es gracias a él que hoy estoy aquí para contarlo.
Era una madrugada de agosto del año 2013, yo manejaba, mi hermano tuvo que visitar la mencionada ciudad, por cuestiones familiares se había separado recientemente de quien fuera su esposa y lo acompañé para arreglar los asuntos legales por la custodia de su único hijo, la muy desdichada se mudó a ese lugar privando de sus derechos como padre.
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Veníamos hablando de eso, de como ella se dejó manipular por su madre, que concluyó con la separación de ambos, creo que no hace falta hablarles del ambiente deprimente en el que nos encontrábamos.
La hora de mi teléfono marcaba a las once treinta y siete de la noche cuando lo revise, me acuerdo bien de eso porque es cuando Aaron me hizo aquel comentario que me dejó sorprendido, me confesó que su suegra era una bruja que practicaba la magia negra, que cuando él se enteró le pidió a su esposa mantener al niño lejos de ella, porque no le gustaba que estuviera cerca de alguien así.
Comprendí sus palabras pero sinceramente yo no creía en esas cosas, pero al verlo tan seguro de sí mismo me limité a darle la razón.
No entiendo muy bien cómo pasó ni tampoco en qué momento esa cosa apareció.
Todo fue de repente ni mi hermano ni yo lo vimos venir el último vehículo que vi pasar en sentido contrario fue un trailer, posteriormente en la carretera quedamos solo nosotros, entonces todo se volvió oscuro frío, un nudo, contaminó el aire del interior que me mareo, el estallido del parabrisas fue impredecible.
Sea lo que sea lo que haya chocado debió ser algo muy pesado porque lo partió en mil pedazos, perdí el control del carro en tanto los gritos de mi hermano me pedían frenar.
Yo sentía perder la conciencia, un fuerte estruendo me despertó.
Al abrir los ojos tenía mi frente apoyada sobre el volante, estaba lleno de vidrios y cortes en todo el cuerpo, no alcancé a enderezarme cuando volví a escuchar el estruendo, eran los disparos de un arma, miré a mi lado y la puerta abierta mi hermano no estaba, una tercera detonación me despertó por completo dándome así la capacidad de reaccionar para intentar bajarme del vehículo y buscarlo, pero el regreso de mi hermano me interrumpió, se subió al carro pidiéndome desesperado que arrancaría inmediatamente, por que había delincuentes que querían asaltarnos.
Le obedecía al instante y cuando nos alejábamos vi a esa anciana, parada al costado de la carretera con un rostro lleno de odio mirando cómo nos íbamos.
Todavía no sé lo que pasó, manejé aturdido escuchando a mi hermano que no me detuviera, que no me desmayara de nuevo, que aguantará porque ya nos pondríamos a salvo, eso fue lo último que recuerdo.
Desperté en un hospital con mis padres a un lado entre llantos desconsolados, a mí me encontraron dentro del carro en medio de la carretera, mi hermano no estaba conmigo a él lo encontraron sin vida kilómetros atrás, en el lugar donde yo escuché los disparos, tenía las tres heridas de bala en su pecho y en su cara una mueca de horror indescriptible.
Según la autopsia falleció en ese mismo lugar al recibir el último disparo en su cabeza.
Aaron estaba ya sin vida cuando subió al carro para pedirme que huyera del lugar, salvando así la mía, sin embargo aquella mujer sigue siendo un misterio para mí, aunque tengo una leve sospecha que seguramente ustedes también tienen ahora.
¿Qué te han parecido estas aterradoras historias basadas en hechos reales enviadas por ustedes? espero tu opinión en la caja de comentarios si te gustó no olvides compartir, sin más por el momento me despido no sin antes desearles dulces pesadillas buenas noches y hasta la próxima.
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