LAS BRUJAS (HISTORIAS DE TERROR)

Por Story Teller
LAS BRUJAS (HISTORIAS DE TERROR)

La bruja relato basado en hechos reales contados por javier enciso escrito y adaptado por eduardo liñán

Las brujas (Relatos de horror)

Esta historia ocurrió cuando tenía 17 años, en ese entonces viviendo un pueblo llamado Galeras y todo en el departamento de Sucre en Colombia.

Desde niño siempre experimenté cosas paranormales, intuía que había sido algún tipo de ese don heredado por generaciones.

Mi abuelo fue que me enseñó a través de historias y leyendas acerca de las muchas cosas extrañas que pudieran rodear a este fenómeno, pero me llamaba más la atención el saber de brujas y espantos que atormentaban a la gente o cosa sin explicación que de tanto en tanto corrían y que sabíamos por gente que conocíamos a parientes que de pronto llegaban y contaban alguna inverosímil historia acerca de eso.

Galeras es un pueblo pequeño y rural en la sabana sucreñas ahí predomina la ganadería y las tradiciones se transmiten de generación en generación, estas tradiciones me fueron heredadas por mi abuelo.

Durante gran parte de mi niñez mi abuelo me enseñó todo lo que debía saber para identificar a una bruja y sobre todo cómo defenderme de sus hostigamientos y maldiciones.

Él mencionaba que los primeros pobladores usaban varas de ají para golpear la ciudad les muerte y que para atraparlas había que mermar su fuerza a través de oraciones católicas cantadas al revés.

Mi abuelo decía que ese era su disfraz

Todo que ello me parecía fascinante aunque nunca había visto una, siempre escuchaba rumores que ciertas mujeres eran brujas dentro de la comunidad yo no lo creía porque su aspecto era normal y tenían un buen trato con las personas.

Mi abuelo decía que ese era su disfraz y que nunca bajará la guardia o corría el riesgo de que me atacaran para sacrificarme.

Así crecí con sus enseñanzas y advertencias, no fuerte que cumplir los 17 que todas aquellas historias cobrarían sentido el que lograrían salvarme de un destino nefasto.

En ese tiempo en que casi cumplía la mayoría de edad asiste a una fiesta popular en el pueblo con un amigo llamado Jaime, éramos muy buenos amigos pero no sólo eso ya que compartíamos historias y cuentos de brujas ya que él de igual forma había sido enseñado y preparado.

Nunca imaginé que en ese momento estuviera de novio con la nieta de una conocida bruja de la región cuando me enteré no dude en advertirle el peligro que corría, de esa manera fue involucrado de la peor forma.

No sabes con quién te metes, me la vas a pagar

Esa noche ella llegó con su gesto de soberbia y haciendo un alarde del control que tenía sobre mi amigo, cosa que de un principio me molestaba y no dude en jugarle una broma, desafortunadamente ella no lo tomo con humor en cambio me lanza una mirada de odio y aberración junto con una advertencia:

-No sabes con quién te metes, me la vas a pagar-

Sentí un poco de extrañeza y me reí de ella sin saber quién era en realidad, pero al ver el rostro desencajado y temeroso de mi amigo que me veía como diciéndome que eso había sido un error de mi parte sentí que algo no andaba muy bien.

La fiesta continúo mi amigo se la paso apartado con su novia alejados de mí todo el tiempo, me di cuenta que en realidad que hace lo posible para que su novia no estuviera cerca de mí el.

Al término de la fiesta me quise despedir de mi amigo, pero él se retiró rápidamente del lugar sin decir nada tomado de la mano de su novia, la cual tenía por nombre Valquiria.

Me dijo que debía de ser muy cuidadoso ya que su novia era vengativa

Al día siguiente sería muy temprano cuando escuchan los toquidos insistentes en la puerta de mi casa, la abrí y era Jaime con un rostro lleno de preocupación, apenas abrí la puerta él se introdujo muy nervioso en la casa me miró y me dijo que la noche anterior había cometido una equivocación al burlarme de su novia ya que era la nieta de una bruja muy poderosa de la región conocida como Carmen la Maluca.

Me dijo que debía de ser muy cuidadoso ya que su novia era vengativa, sin más así como entró salió de la casa y no lo volví a ver.

Cuando escuché la revelación sentí una pequeña corriente recorrer mi cabeza caí en cuenta que había sido muy imprudente me quedé con cierto temor de que pudiera pasar algo, pero recordar el abuelo y sus enseñanzas así que de cierta manera estaba tranquilo, pero al llegar la noche y me invade una intranquilidad que me hizo tener insomnio.

Cada rato me levantaba para revisar que las ventanas estuvieran bien cerradas, yo vivía en un cuarto solo alejado de la casa donde vivían mis padres así que la tensión era grande y no quería importunar a mis viejos con mis dudas y temores.

Así pasaron tres semanas y poco a poco se fue diluyendo el temor y la incertidumbre, todo hasta una noche de viernes.

Las pisadas eran fuertes y eso me invadió de pánico

Recuerdo haber estado durmiendo en mi habitación y tenía la luz de una lámpara prendida repentinamente me desperté después de tener un mal sueño, al revisar la hora eran las 2:34 de la madrugada, me volví a acostar meditando en el sueño que acababa de tener, el cual poco a poco se fue desvaneciendo así que me acomodé nuevamente para dormir.

Apenas estaba alcanzando el sueño cuando escuché algo inusual, entre el silencio nocturno algo que hizo eco dentro de la habitación y me alerte, me incorporé para revisar que había sido y me quedé sentado en la cama intentando escuchar algo y entonces sucedió, era el sonido de un fuerte golpe en la lámina del techo que hizo eco y un estruendo que me alertó, luego noté como la lámina se pandeaba por el peso de algo algo que comenzó a caminar haciéndola rechinar y crujir la madera de los travesaños.

De inmediato quiso identificar si era algún animal pero de haberlo sido hubiera sido enorme, era muy improbable.

Las pisadas eran fuertes y eso me invadió de pánico, a mi mente llegó el pensamiento:

-Vino por mí-

El punto crítico llegó una madrugada

Lo único que hice fue ingenuamente tratarme con la sábana de pies a cabeza como sé que yo me fuera proteger del peligro que seguramente rondaba fuera de mi cuarto.

Comencé a rezar no sé cuántas oraciones aprendidas a lo largo de mi vida, quería protegerme como fuera de esa cosa, no sé cuánto tiempo estuve tapado y rezando con frenesí escuchaba golpes y crujidos en el techo hasta que de pronto se hizo un silencio, poco a poco me fui desprendiendo de mis sábanas, el reloj marcaba las 3:02 de la madrugada pero para mí había sido una eternidad.

Con cautela espera escuchar algo y pareció que todo había acabado pero me quedé intranquilo y tratar de dormir abrazando un crucifijo que me había dado mi abuelo sin embargo en las noches posteriores pasó lo mismo y volví a hacer lo mismo, así dure una semana presa del miedo y con un terror que me producía que llegara la noche y tener que dormir.

El punto crítico llegó una madrugada, apenas dieron las 3 de la mañana y me despertó un destello que provenía del exterior, con sorpresa me asomé para ver de dónde provenía esa luz al ver sentí un escalofrío recorrerme completamente al mismo tiempo mi corazón comenzó a latir fuertemente.

No pude ver cuántas eran, estaba petrificado de ver aquello

Afuera estaban suspendidas unas luces extrañas y al verlas detenidamente pude ver que eran fuegos, eran unas bolas amorfas que parecían de emitir algún tipo de fuego amarillo, haciendo un ruido peculiar como ramas quemándose y tronar.

No pude ver cuántas eran, estaba petrificado de ver aquello, poco a poco se fueron haciendo hacia arriba hasta que por fin desaparecieron de mi vista.

Sin comprender del todo lo que había visto me quedé un buen rato viendo por la ventana hasta que por fin decidí cerrarla.

La noche siguiente ocurrió lo mismo y era como un hostigamiento constante, me estaba mermando mi cordura y poco a poco el miedo me iba consumiendo.

Harto de esta situación recordé que mi abuelo guardaba algunas cosas para ahuyentar a las brujas y claramente lo que vi se trataba de eso, pensaba en la amenaza de Valkiria la novia de Jaime y su maldita abuela, de ahí provenía el acoso.

Lo primero fue fabricar una cruz con una planta de la región llamada yuca

Finalmente su amenaza se estaba cumpliendo, así que tenía que hacer lo necesario para poder librarme de esas maldiciones.

Leyendo un poco en los cuadernos viejos y revisando las cosas del abuelo de inmediato recordé algunos remedios, así que los llevé a cabo sin que mis padres se dieran cuenta.

Lo primero fue fabricar una cruz con una planta de la región llamada yuca mandioca, la puse debajo de mi cama y otras pequeñas en las puertas y ventanas, también puse una escoba de cabeza detrás de mi puerta y dormía con la ropa colocada al revés.

De algún modo los ruidos cesaron, aunque se veían las luces a lo lejos de tanto en tanto, eso me tranquiliza un poco y las noches volvieron a ser tranquilas aunque siempre eran algo tensas.

Pasaron los días y me volví a reencontrar con Jaime para mi sorpresa había terminado con Valkiria, ya tenía otra novia a la cual no conocía, pero al parecer estaban bien con eso, pensé que había terminado el episodio de esa mujer y su abuela bruja, pero qué equivocado estaba.

Al voltear vi que las ramas se movían violentamente

Era una noche de sábado que me había quedado en la casa luego de no ir a una fiesta, leía un libro llamado 100 años de soledad, estaba tan metido en la lectura que me dieron las 2 de la mañana y tuve la necesidad de ir al baño, para hacerlo tenía que salir al patio y caminar algunos metros así que lo hice.

Como era un gran patio había muchos árboles alrededor y tres cocoteros que se mecían con el viento nocturno, al ver que el baño estaba lejos y en la penumbra me dio un poco de temor, no dude en hacer mi necesidad en las raíces de un árbol de nísperos que había cerca de mi puerta.

Sentí alivio mientras vaciaba mi vejiga y de pronto el sonido de algo que se movía en las ramas de la copa de un árbol me alertó, al voltear vi que las ramas se movían violentamente como si algo los moviera con fuerza, de primera instancia pensé que era algún buitre pero luego intuye que se trataba de algún ladrón o alguien que se quería meter a la casa.

Sin dudar tomé un palo y me armé de valor, vociferando a lo que estuviera, ahí el valor se me acabó cuando de improvisto salió volando un enorme ave negra por entre las ramas del árbol, el batir de sus alas era que hace ensordecedor, de principio pensé que era algún buitre por el plumaje negro, pero luego de ver note con horror de qué se trataba era un guajolote de tamaño considerable.

El vuelo de esta aberración llegó la copa de unos cocoteros

El vuelo que hacía lo hacía con mucho esfuerzo, sólo sus enormes alas parecían aguantar el peso de aquello, aún no terminaba de digerir aquello cuando de pronto el horror me pegó en el rostro, al ver la cabeza de aquel animal tenía el cuello corto lleno de verrugas abultadas y azuladas sobre el cual cargaba una cabeza calva repleta de estas caracolas pero no tenía pico ni moco, la apéndice que sale de este animal sino que era algo parecido a un rostro humano pero deforme y horrible.

Sus ojos eran amarillentos y parecían emitir un brillo que inquietaba aquello era un monstro horrible que me produjo un miedo de muerte, un miedo que me hizo que me quedara petrificado.

El vuelo de esta aberración llegó la copa de unos cocoteros en donde se postró y me observo vigilante por un
largo rato, de pronto un horrible graznido salió del cocotero de aquella cosa, era un horripilante sonido parecido al
ruido que hacen los gatos.

Gruñidos horribles que me erizaron la piel y me llenaron de un terror absoluto, aquellos ruidos hicieron que correr al interior de mi casa y a trancar a la puerta con una cómoda, también coloque el colchón en la ventana como para impedir que aquella cosa entrara.

Muy determinado me miró y me dijo que sin duda él se encargaría

Por esa noche no puede dormir y me aferré a una cruz de yuca y rece frenéticamente, le pedía perdón a dios e imploraba que me salvara de aquello, de alguna forma el cansancio me venció.

Hoy desperté acostado en el piso de mi cuarto, no lo soporte más y corrí con mi abuelo a contarle todo lo que había estado pasando y del evento de la noche anterior, él vivía algo alejado por lo que me tomo casi todo el día llegar.

Luego de platicarle mi calvario, muy determinado me miró y me dijo que sin duda él se encargaría, que no debía de preocuparme más.

Se paró y abrió la puerta del ropero de donde sacó un libro viejo forrado en piel, estaba cerrado con un broche de latón manchado por el tiempo, antes de abrirlo me dijo que fuera para mi casa y que todo estaría bien y que le tuviera confianza.

No entendí o no quise saber que había hecho mi abuelo

Así lo hice y al llegar la noche me quedé asustado contando las horas, me quedé dormido y nada más pasó al igual que las noches siguientes, todo iba tranquilo, el acoso que había estado sufriendo había pasado al menos eso parecía.

No entendí o no quise saber que había hecho mi abuelo para librarme de aquello, pero hasta el día de hoy nunca he vuelto a saber de brujas o de apariciones de éstas en donde vivo.

Lo que les he contado 100% real muchas gracias, por leerme.

Mas historias de terror cortas:


La Llorona: la leyenda mexicana de la mujer que llora

7 leyendas de fantasmas y fenómenos paranormales

UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO

LA LEYENDA DE LA BRUJA BLANCA