Hace como 10 años aún me dedicaba al noble oficio de la manejada, trabajaba para una empresa de material de construcción por eso conducía un camión de plataforma abierta.
Esas rutas largas de San Luis a Veracruz o al sur por Hidalgo y Guanajuato como las disfrutaba era joven y aventurero Además de que me gustaba pisar El Fierro sin albur, pues ser trailero siempre fue
el oficio por excelencia entre los hombres de mi familia.

Mi padre y tíos estuvieron tras un volante casi toda su vida, por eso yo decidí seguir con sus pasos luego de no ser muy bueno en los estudios, hoy veo que tomé la decisión correcta y me doy cuenta de que esa es la labor de un padre preparar a los hijos para la vida. Si el chamaco no es bueno en la escuela hay que encontrar algo en lo que sea bueno y destaque, además de enseñarles todo lo que uno sabe ya sea mucho o poco eso los ayudará para enfrentar lo que venga sin duda.

Digo esto porque me ha tocado ver a padres que no les enseñan nada a los hijos y creen que con mandarlos a la escuela ya cumplieron con su trabajo, pues déjenme decirles una cosa señores,
esa clase de padres son los verdaderos en las familias por eso le agradezco al mío lo que me enseñó.

Bueno creo que ya me estoy desviando del tema en fin una ocasión me tocó llevar material a una construcción en Guanajuato era un viaje corto pero por la gran carga que llevaba tenía previsto
llegar algo tarde la gente encargada de la descarga estarían esperando de ese lado por eso yo viajaba solo.

Llegando a una zona donde hay puro sembradíos de maíz cerca ya de Salvatierra me orillé para bajar a hacer del baño aprovechando que no tenían ninguna protección en las milpas, pues me metí hasta
adentro cuando de pronto te entre todo el ramerío vi la figura como de una persona de espaldas, me asusté pensando que podían ser los dueños y al verme en su milpa hasta un balazo me podrían
tirar.

Me fui alejando sin hacer ruido y cuando ya no lo miraba pues me apuré para hacer mi necesidad
de pronto escuché ruidos entre las ramas volteé hacia atrás y ahí estaba una espantapájaros puesto detrás de mí.

Me sorprendí bastante pues nunca lo vi cuando entré a ese lugar llamó muchísimo mi atención porque de verdad quedaba miedo su cara estaba hecha como de ramas secas entrelazadas y supuse que su cuerpo también era igual, porque sus brazos tenían la misma forma de ramas con esos harapos puestos como de campesino y su sombrero, si no espantaba los pájaros al menos sí a las personas.

Me apresuré para salir de ahí pues ya empezaba a ocultarse el sol y justo antes de abandonar los sembradíos mi playera se atoró con alguna rama o eso fue lo que pensé, di un jaloncito cuando
sentí como se rasgaba mi playera con algo que ni siquiera encontré pues no había nada que me pudiera romper la ropa de esa manera.

Algo molesto regresé al tráiler pero antes de arrancar miré hacia el sembradío buscando al espantapájaros y ahí estaba en ese palo en forma de cruz perfectamente visible desde la carretera,
me causó hasta un poco de gracia ver cómo los cuervos se paraban sobre sus brazos, como sea me marché del sitio y más adelante noté que el radio estaba fallando, saqué mi teléfono y también le
fallaba la señal, entonces de pronto un fuerte estallido me hizo brincar para el tráiler y fue justo lo que me temía una llanta delantera ponchada, si hubiese sido alguna trasera tal vez habría podido seguir, pero para mi mala fortuna ni refacción llevaba de las llantas de adelante y tampoco cargaba con la
herramienta para bajar la llanta.

Caí en la desesperación, pues tampoco pude pedir apoyo resignado me acomodé a un lado de la
llanta Y entonces logré ver una especie de trampa Metálica oxidada con muchos picos atorada en la llanta ponchada, parecía de esas cosas que usan para ponchar llantas los policías.

Me costó bastante quitarla y cuando lo hice noté que más bien parecía alguna especie de trampa para animales esa chingadera alguien la dejó intencionalmente en la carretera para comencé a maldecir y a mentar madres a diestra y siniestra, mi única opción era encontrar algún lugar donde me parcharan
la llanta, pero a esa hora parecía algo casi imposible y lo único que se veía más o menos cerca era un motel de ahí en fuera no había nada más que sembradíos a la redonda, pero tampoco podía dejar el
tráiler solo por la carga que llevaba.

Con un trapo me puse a hacer señas para ver si alguien se orillaba a tenderme una mano, luego de un buen rato un colega se orilló le conté la situación y se ofreció a llevarme a un taller que se encontraba más adelante.

Entre los dos bajamos la llanta y en el camino me decía que ojalá encontráramos aquel taller abierto todavía y que no me preocupara pues Él me llevaría de regreso al lugar donde dejé el camión. Se
lo agradecí y en algún momento le dije que lo único que me preocupaba era dejar la carga mucho tiempo sola, él me respondió pero dejaste a tu chalán ahí no, o no?.

-Yo ando solo

– Ah cabrón! entonces quién era el que estaba sentado atrás en tu remolque?
-Como había alguien atrás?

– Sí ahí estaba, con las luces del camión lo alcancé a ver de espaldas.

Me alteré al pensar que podría ser algún ladrón que utilizaba un método como ese para hacer sus fechorías y yo había caído en su trampa dejándole el tráiler solo para él.

Le dije al colega que por favor se apresurara, por fortuna encontramos el taller abierto aún, me
parcharon la llanta más a fuerza que de ganas y volvimos bastante rápido.

Ya para entonces estaba completamente oscuro y al llegar de regreso descubrí que era verdad lo que me dijo, alguien estaba atrás sentado en el remolque o más bien algo.

Se trataba del espantapájaros aquel que me encontré en las milpas de maíz unos metros atrás
sin saber cómo diablos había llegado hasta mi tráiler muy molesto, lo quité y lo arrojé al suelo,
verifiqué que la carga estuviera bien y así fue, enseguida le platiqué a mi colega cómo es que me había encontrado con esa cosa, entonces él me dijo chale a lo mejor el vato aquel se encabronó porque temíaste en su cosecha, y de alguna forma te siguió y hasta la llanta te ponchó el cabrón.

Y así seguimos platicando mientras me ayudaba a colocar la llanta, antes de irse me ofreció su teléfono para hacer una llamada, pues él sí tenía señal y avisarles a mis jefes la situación los cuales por fortuna se mostraron muy comprensivos, me ordenaron llegar al lugar y ahí quedarme hasta el amanecer.

Bueno por lo menos logré tranquilizarme y todo gracias a ese amigo, nos despedimos, pero antes me puso al espantapájaros de frente para que le pasara por encima y así lo hice, clarito escuché como las llantas lo destrozaban por completo.

Seguí mi camino y unos metros adelante vi perfectamente a una persona con sombrero cruzar muy rápido la carretera metiéndose entre los sembradíos apenas y logré ver algo tirado en el asfalto lo
esquivé con dificultad que casi pierdo el control del tráiler, me orillé saliendo de la carretera, tomé mi arma que siempre cargaba conmigo en aquel tiempo y fui corriendo a ver que era esa cosa, mi preocupación y molestia se hizo más grande cuando descubrí que se trataba de la misma chingadera que me había ponchado la llanta, o al menos una cosa igual.

La aventé hacia las milpas y con mi arma tiré varias balas por donde se había metido el del sombrero, regresé rápido al tráiler para alejarme de ese sitio, pues con eso era muy claro que alguien o algo estaba tras de mí, pero al abrir la puerta ahí se encontraba dentro el mismo espantapájaros del lado del copiloto, sin duda eso ya no era algo normal.

No se trataba de algún intento de robo, pues de ser así lo habrían hecho cuando dejé el
tráiler solo, comencé a rezar un padre nuestro y al mismo tiempo agarré valor para sacar esa
cosa del camión.

Tomé una garrafa de gasolina y le prendí fuego al espantapájaros hasta quedar completamente chamuscado me subí al camión y arranqué dejándolo atrás, por el retrovisor miraba cómo seguía ardiendo, mientras me alejaba más y más, de pronto el radio se encendió y comenzó a
escucharse solo interferencia.

Saqué el celular para ver si ya tenía señal, pero seguía marcando sin servicio, en eso alcancé a ver una sombra por el retrovisor, parecía haber algo aferrado al remolque, solo se alcanzaban a ver como harapos
rasgados que se sangoloteaban con el aire, ni del Loco me volvía a parar, así que aceleré esperando que esa cosa se cayera. Fue entonces que sentí un fuerte jalón en el volante, de no haberlo tenido bien
sujetado quién sabe qué hubiera pasado.

De nuevo me puse a rezar encomendando mi vida a Dios y algo me sucedía y justo en ese momento una horrible voz comenzó a sonar en la radio, era incomprensible lo que decía incluso creo que se trataba de
otro idioma, cambiaba la frecuencia pero en todas estaba la misma voz diabólica.

Poco a poco se fue desvaneciendo hasta que ya no se escuchó más, el radio volvió a la normalidad y ya tenía señal en mi teléfono entonces me di cuenta de que había salido de esa zona de sembradíos, ya se miraban gasolineras y más flujo de autos en la carretera, continué con mi camino hasta llegar a mi
destino donde me coloqué en un lugar alumbrado pues debía permanecer hasta el amanecer en ese sitio.

Está de más decir que no pude dormir con cualquier ruido o movimiento me alteraba, seguramente fue la sugestión y el susto que ya traía, pero toda la noche estuve viendo sombras y oyendo ruidos extraños, fue un gran alivio cuando empezó a amanecer y con los primeros rayos del sol comenzaban a llegar los trabajadores de la construcción.

Mientras descargaban el material les conté lo que me había pasado, ellos dijeron que algo muy similar le pasó al chofer que les llevó tuberías de PVC apenas unos días antes que yo, la diferencia es que él sí llevaba acompañante, por eso la libró más fácil.

Terminaron de bajar todo y emprendí el viaje de regreso, si no quería pagar caseta debía regresar por ahí mismo, antes de volver a entrar a esa zona de sembradíos, le mandé un mensaje a un amigo diciéndole más o menos mi ubicación, solo por si acaso.

Estaba muy cerca de llegar a las milpas donde se encontraba aquel espantapájaros, sin embargo no lo vi por ningún lado, me paré porque miré a varias personas trabajando en esas milpas, me hice el tonto que bajé a revisar cosas del tráiler para arrimarme a ellos y preguntar sobre esa cosa que me había seguido la noche anterior.

Lo hice con dos señores y en eso una señora nos escuchó, se acercó a nosotros y me dijo
porque preguntas eso joven, le expliqué todo incluyendo el hecho de que me metía esa milpa para hacer mi gracia.

Conforme iba avanzando en la historia la cara de esa señora cambió por completo y me interrumpió para decir:

-Mira joven, No sé si se trate de esto pero por aquí cerca hay un pueblo, Yo soy de ahí y mi familia también, una vez mi abuelo me contó que cuando él era muy joven en el pueblo había un señor al que acusaban de brujería, desaparecían niños y en el monte encontraban restos de animales mutilados, junto a formaciones con rocas muy extrañas, la gente se reunió y una noche lo siguieron, así descubrieron que ese viejo sacrificaba animales en rituales.

Intentó escapar y la gente lo alcanzó hasta esta zona que hoy son los sembradíos lo ataron a un árbol y luego de hacerlo confesar todos se enteraron de lo que ese señor hacía con los animales que él mismo cazaba en el monte con trampas muy extrañas que fabricaba con sus propias manos y también lo que
hacía con los niños que se robaba del pueblo, se los daba como sacrificio cada cierto tiempo al con quien tenía un pacto.

Lo quemaron vivo en este mismo lugar.

Luego de escucharlo y desde entonces se ha sabido que algo se aparece a quienes solo van de paso por este camino, intenta robarles aquello que le quitaron, una vida, ten cuidado muchacho.

No supe qué decir, se lo agradecí a fin de cuentas y me marché esperando nunca volver a pasar por ese lugar.

En un par de ocasiones me tocó cruzar de vuelta por ahí, pero nunca volví a ver al espantapájaros aquel.

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