Un niño solía ver The Walking Dead con su abuela. Una noche se quedaron despiertos hasta tarde, casi hasta las 4, cuando decidieron acostarse. 

El niño fue al baño a lavarse los dientes y mientras corría el agua, escuchó tres golpes en la puerta. 

Pensando que era la abuela que quería saber si estaba en el baño, respondió que sí estaba él en el baño, pero no hubo respuesta. 

Una vez que salió, su abuela le preguntó qué quería: ella también había escuchado tres golpes en la puerta. 

Los dos, aterrorizados, exploraron la casa en busca de la persona que podría haber llamado. Sin embargo no había nadie. 

Lo más inquietante es que la abuela había perdido a un niño pequeño y otra niña desapareció también hace mucho tiempo. Quizás ambos habían tratado de ser recordados.

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