Los Crononautas y el viaje para avisar a los hombres
Los crononautas son viajeros en el tiempo que llegan desde 20.000 años en el futuro, decididos a cambiar el destino del planeta Tierra para evitar una catástrofe. Para ello, contarán con la ayuda de un hombre del siglo XIX llamado Julius (Verne), y juntos descubrirán la razón del declive… Una trama apasionante, rica en detalles históricos y referencias literarias: así es la última novela de Paolo Gulisano, I Crononauti e l’incredibile viaggio.
¿Quiénes son los Crononautas? Son viajeros en el tiempo que llegan desde veinte mil años en el futuro, desde el Imperio de los Cuatro Mares, decididos a cambiar el destino del planeta Tierra (reducido a unas pocas masas continentales y pueblos en guerra entre sí, donde las religiones han desaparecido) partiendo precisamente del pasado. Sus aventuras centran el último libro de Paolo Gulisano, I Crononauti e l’incredibile viaggio (Elledici).
Los Crononautas disponen de una máquina del tiempo (la Cronosfera). Uno de ellos, tras aterrizar en la segunda mitad del siglo XIX, pide ayuda a un joven aspirante a escritor (un tal Julius que, al cabo de unas páginas, queda claro que no es otro que Julio Verne). El viajero en el tiempo se llama Edom (nombre del protagonista de El eterno Adán, relato póstumo del autor francés) e informa al joven Julius de su misión: tras el salto temporal, él y sus compañeros se han dispersado por el espacio y el tiempo y necesitan ser encontrados, gracias también al uso de un transmisor en forma de huevo que todos tienen en común: el holófono. Pero su misión principal es viajar en el tiempo hasta los siglos en los que el mundo sufrió los cambios más importantes y llevar un mensaje a los grandes de la Tierra para intentar detenerlos: de hecho, su sociedad se originó veinte mil años antes y, si se avisa a tiempo, los hombres aún pueden hacer algo para evitar una catástrofe.
Uno a uno vamos conociendo a todos los viajeros del tiempo entre los que destaca Ewe (quizá no sea casualidad que el protagonista se llame Adán y la protagonista femenina Eva) bajando al centro de la Tierra, hundiéndose con el Nautilus, dando la vuelta al mundo en ochenta días (para salvar al crononauta Auda) o llevando un mensaje al zar Alejandro II…
En esta ocasión, los crononautas adoptan nombres diferentes de vez en cuando, de modo que nos encontramos con el capitán Nemo, Phileas Fogg, el profesor Otto Lidenbrock, Michael Strogoff y Barbicane, pero incluso los personajes secundarios evocan todos las novelas de Verne.
El joven Julius (el primer ser humano del siglo XX que cree en las palabras del crononauta Edom) participa en todas estas aventuras, convirtiéndose ahora en parte del grupo, y tomando notas en su cuaderno. De Europa a la India, a Rusia, hasta las Américas, Julius viaja y observa a los Crononautas que, con su extraordinaria tecnología, intentan reunir y advertir a la humanidad del peligro. Una tecnología que fascina, pero que puede ser muy peligrosa en las manos equivocadas. Los libros de Giulio/Jules se convierten así en una crónica de esas aventuras, una forma de informar a los que vendrán después de él de la existencia de grandes tecnologías.
Un libro lleno de detalles y referencias (como hemos dicho) a los libros de Julio Verne, pero también guiños a la obra de otros autores más o menos contemporáneos del escritor bretón. Conocemos a un joven Melville (Moby Dick), y seguimos las aventuras de dos agentes secretos de Su Majestad, precursores del personaje de Ian Fleming (ya que Fleming nació definitivamente después de que se desarrollaran estos acontecimientos). También escuchamos de los crononautas la visión pesimista del tiempo de Isaac Asimov y H. G. Wells, según la cual el hombre del futuro está condenado a una vida miserable si no se mejoran las cosas en el pasado.
Toda esta aventura nos lleva finalmente al punto de partida de todo: el Diluvio Universal que destruyó la vida en la Tierra, punto de partida de una civilización que veinte mil años en el futuro revive las mismas condiciones, pero la sociedad futura ha olvidado deliberadamente lo que impulsó a aquellos antiguos hombres a hacer florecer de nuevo la vida en la Tierra: Dios.
La causa de todos los males de la humanidad futura es haber querido negar a Dios. ¿Cómo se puede ser hermano si no se tiene Padre? Al final, los crononautas se dan cuenta de cuál es el verdadero problema de su sociedad enferma y llevan la enseñanza de Dios al futuro.
Los crononautas es una novela steampunk, término utilizado para indicar una vertiente de la ciencia ficción de ficción con la peculiaridad de introducir inventos tecnológicos anacrónicos en un escenario histórico (generalmente, la Inglaterra de la época victoriana); una novela muy bien empaquetada, muy rica en detalles que los aficionados a las novelas de finales del siglo XIX y a la historia podrán captar plenamente.
El mensaje de la fe resalta con fuerza en cada página y entre los discursos de los protagonistas: sin fe no hay colaboración, no hay humanidad, no hay evolución, es más, estamos asistiendo a una verdadera involución del género humano, y es precisamente esta fe la que hace única e imperdible la novela de Paolo, y entre líneas, sutiles y ligeras, también hay angustia, angustia ante la destrucción de un mundo que corre el peligro de tirarse por la borda por soberbia.
Una novela infantil que rezuma información útil para profundizar en el conocimiento de los acontecimientos y personajes que han atravesado la historia con sus palabras e invenciones.
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